Desde una perspectiva
jurídico-legal, el espacio público suele analizarse como una noción sometida a
una regulación específica por las normas que establece el Estado. Este
garantiza la accesibilidad al espacio público por parte de todos los ciudadanos.
Por ello, el Complejo Chicago
ubicado en el lugar del ahora Polideportivo Chan Chan reunía a todas las
familias de Trujillo y sus alrededores, quiénes venían a disfrutar un día de
picnic o simplemente a disfrutar de los juegos y de la naturaleza, ya que este
tenía grandes árboles para descansar bajo ellos.
En cambio, en el actual
Polideportivo al ser un centro especializado en el deporte no llama la atención
del público en general, ha perdido su característica de lugar de esparcimiento
y recreación. Además, en su mayoría de veces se encuentra cerrado y las veces
que abre sus puertas es a un reducido grupo de personas que vienen a hacer
deporte. No tiene la frecuencia de personas que antes tenía siendo el Complejo
Chicago. Por tanto, no se estaría cumpliendo lo de garantizar la accesibilidad
para todos los ciudadanos.
Otros autores consideran que el
espacio público consiste en un dónde pueden permanecer todos los habitantes de
una ciudad con acceso irrestricto. Esto es una perspectiva más ideal.
Low (2005) afirma que el espacio
público es una noción enraizada política y legalmente en la democracia liberal
y la formación del Estado nacional moderno.
Salcedo Hansen (2002) estima que
entre los estudios urbanos una de las posiciones dominantes, concibe el espacio
público como lugar de debate, ciudadanía y encuentro social.
El espacio público tal como era
conocido estaría desapareciendo. Ha sido reemplazado por espacios seudopúblicos,
como el shopping o la comunidad enrejada, que han privatizado todo con el
engaño de ser un espacio de encuentro para la comunidad.
Esto está pasando con el
Polideportivo Chan Chan. Se mantiene en su mayoría de veces con sus rejas
cerradas, delimitando el pase al público y solo abriéndolas cuando hay
encuentros deportivos de renombre. Este lugar ha perdido el verdadero
significado de espacio público, que es el esparcimiento y reunión de las
personas para compartir como sociedad.
Desde una perspectiva espacial, la
noción de lo público puede remitir a un ámbito para actividades, encuentros y
confrontaciones necesarios para una sociedad que se desarrollan en un
territorio.
También, desde una perspectiva política,
el espacio se muestra como delimitado por relaciones de poder y tiende a
constituirse en espacio de prácticas referidas a distintos discursos de poder.
Acercándonos al caso de la
población que habita el espacio público en su cotidianidad, es decir, los
“habitantes de la calle”. Ellos se apropian y hacen uso de este espacio en su diario,
lo significan y modifican.
Rosa (2012) afirma que el espacio
público en el cual desarrollan su vida posee un significado particular para
esta población. En este sentido, la apropiación implica un proceso mediante el
cual los grupos sociales hacen suyo el espacio significándolo.
Desde esta perspectiva, el espacio
público no es neutral, es un escenario de conflictos y negociaciones sociales a
diversas escalas que lo redefinen continuamente y que, si bien el Estado es el
garante para su uso, los grupos sociales concretos establecen estrategias específicas
para su utilización.
En los tiempos del Complejo Chicago
los pobladores de la calle convivían en perfecta armonía con el público
visitante, cada uno con sus cosas y respetando su espacio. Era un lugar dónde
cada familia visitante convivía en equilibrio.
Raffestin (1980) afirma que el
espacio público se trasmuta en un espacio que trasciende lo material para entender,
proyectar y prospectar lo inmaterial.
La noción de espacio público suele
utilizarse imprecisamente, sobre todo en las políticas estatales.
Los gobiernos regionales y
nacionales suelen usar esto para crear proyectos para de “uso y beneficio
público”, que muchas veces solo es una máscara para ganar su diezmo y los
únicos beneficiados terminan siendo ellos, con la creación de los llamados “elefantes
blancos”. Como es el caso del Polideportivo Chan Chan. Este se creó con el fin
de ser un espacio público ara disfrute de la población, pero acabó siendo una
construcción inconclusa y abandonada, la cual no tiene visitantes que le den
significancia al recinto.
Observar la multiplicidad de
perspectivas focalizando en el lado gris del espacio público permite nuevas
aproximaciones y apreciaciones en torno a las problemáticas sociales actuales.
Por ejemplo, en el Plan Estratégico
del año 2010 de la Ciudad de Buenos Aires, considera que es una las metas
principales del gobierno fomentar y velar por el uso adecuado de nuestro
espacio público, garantizando el derecho de circulación y accesibilidad para
todos y la reducción de la contaminación visual. Sin embargo, todos los
gobiernos prometen y planifican a maravilla, pero pocos hacen que se cumpla.
Ninguna dimensión explica y define
por sí sola el espacio público y los fenómenos allí suscitados, pero a partir
de la evidencia aquí acumulada en torno a la noción de espacio público, podría
pensarse en la necesidad de rediscutir un glosario del urbanismo.
En conclusión, esto nos permite
comprender respecto de espacio público lo siguiente:
-Resulta una alocución que alberga
diversidad de significados, los cuales por anclarse en aspectos puntuales que devienen
de su focalización suelen desarrollar miradas estancadas en tiempo y espacio.
-Sus múltiples acepciones
evidencian que se trata de un campo de tensiones en torno a usos legítimo-hegemónicos
y estigmatizados.
-Su multiplicidad de significados
posee influencias en el diseño de políticas públicas de ideología diversa.
-El polideportivo Chan Chan no
cumple con los diversos puntos de vista de lo que significa espacio público. Es
decir, no es un lugar de esparcimiento y sana convivencia para la población
trujillana como lo era el Complejo Chicago, si no un centro deportivo
inconcluso que en su mayoría de veces
tiene las puertas cerradas.
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